La idea original de este proyecto surge al explorar el concepto “Realidad Virtual”, y las cuestiones ¿Qué es real y qué no es real? ¿qué es válido y no válido desde el punto de vista cerámico?
Normalmente la mayoría decide que lo real es válido y lo irreal es algo dudoso, no claro y por lo tanto, no válido.
Pero yo no comparto esta idea y me gustaría demostrar que una imagen, un sonido, una proyección, una luz o cualquier otro fenómeno virtual puede ser tan válido e importante en una instalación cerámica como las propias piezas.
La instalación consta de diversas piezas de porcelana, cocidas a alta temperatura sin esmaltar, todas ellas sostenidas el la pared frontal de una habitación o espacio oscuro, de forma que las piezas hacen un efecto de “pantalla de proyección”.
Es aquí donde se proyectan las imágenes de diferentes esmaltes y texturas, a lo que yo llamo “Esmaltes Virtuales”.
Todo este proceso visual tridimensional va acompañado a la vez con diversos sonidos del taller cerámico y voces que nos transmiten un vocabulario cerámico en diferentes lenguas y que a su vez crean un idioma universal.